Comenzar a practicar el “lenguaje del amor de madre” fue muy difícil para mí porque no era un hábito.
Pero lo hice con la mentalidad de "hagamos sólo una cosa al día".
Siempre me siento agradecido ahora que siento que estoy formando buenos hábitos.
Me siento muy agradecida de estar empezando a hablar el idioma del amor que antes me daba vergüenza y me resultaba incómodo usar. 
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