Un día, junto a una hermana y una diaconisa, estábamos hablando acerca de las palabras de amor de la Madre. En ese momento, la diaconisa había traído un pequeño refrigerio para compartir, y después de un rato comenzamos a decir las palabras que más habíamos estado practicando en esos días, como "Usted primero, por favor" y "¿Cómo está usted?".
Hubo un momento en que la joven hermana dijo a la diaconisa: "Muchas gracias, todo fue posible gracias a usted", refiriéndose al refrigerio que había preparado a pesar del poco tiempo que tenía. Ella respondió: "Gracias al Padre y a la Madre". Entonces comenzamos a reír porque después, la joven hermana añadió: "Debe haber sido difícil para usted", refiriéndose a cómo, a pesar de sus muchos pendientes, se preocupaba por nosotras.
Fue un momento lleno de ternura y risas, porque rara vez nos detenemos a fijarnos o a agradecer por los pequeños detalles de cada persona. Hablar entre nosotras de esa manera se sentía muy extraño, pero al mismo tiempo resultaba hermoso.
Gracias a la Madre, que conoce tan profundamente nuestros corazones, por darnos 7 palabras que pueden cambiar el mundo.