Soy el tercero de cinco hermanos.
Tengo dos hermanos menores y el mayor es tranquilo y brusco.
Como resultado, a menudo hubo casos en que la comunicación no era buena.
Esta vez también mi hermano menor se enojó por algo que dije hace unos meses.
Desde entonces no hemos hablado ni comido juntos, así que me sentí incómoda y mal.
Los padres que lo vieron también se sintieron mal.
Pero ayer, en el chat familiar, tuve la oportunidad de practicar el “lenguaje del amor maternal”.
Después de intercambiar "lo siento" con mi hermano, él también empezó a sentirse mejor.
Han pasado tres meses desde la última vez que comimos juntos. ¡Estoy muy agradecida!
A mis padres que lo vieron también les encantó mucho.
Verdaderamente, el lenguaje del amor maternal tiene el poder de reconectarnos.
Practiquemos todos el amor maternal♡♡