Mi marido suele hablar conmigo cuando tiene dificultades en el trabajo.
Como un árbol grande y viejo, debe darte descanso, permitirte escuchar el sonido del viento y brindarte una sombra en la que puedas apoyarte cuando estés cansado.
Hubo momentos en los que no podía simpatizar.
Después de enterarme de esta campaña, hablé con mi esposo por teléfono y le pregunté: “Fue difícil, ¿verdad?” “Anímate”, dijo.
Dijo que acaba de ver y leer 'El lenguaje del amor de la madre' y eso lo hizo sentir mejor.
Siento que las palabras llenas de amor de madre tienen realmente un gran poder.
No es fácil decir palabras amables en un mundo que se está volviendo duro, pero me hace pensar en volver a ser buena madre y esposa.
Debemos intentar hablar el lenguaje del amor de la Madre uno por uno.