No hace mucho, surgieron sentimientos entre un empleado recién contratado y un empleado existente sobre la parte del "tiempo de turno".
Como propietario de una tienda, le pregunté a un empleado recién contratado: "Tengo que entregar cosas, así que ¿puedes venir a trabajar al menos 5 minutos antes?".
El nuevo empleado dijo: "Me queda un largo camino por recorrer y no puedo hacerlo".
Por un momento pensé: “No puedo creer que le haya hablado con tanta firmeza al dueño de la tienda”.
Me rendí, recordando el lenguaje de amor de mi madre.
Digamos a otros empleados: "Si el nuevo empleado llega tarde, lo haré por él para que no tenga que retrasar su salida del trabajo".
El personal sonrió y dijo: "Está bien, esperen un momento".
Además, dijo, “a veces llegaba tarde a mi turno, o llegaba a tiempo a mi turno”, y dijo que él mismo lo arreglaría.
A partir de entonces, le di al nuevo empleado su turno 10 minutos antes de que terminara su turno.
Cuando comencé mi turno temprano, sucedió algo sorprendente.
El nuevo empleado empezó a llegar a trabajar al menos 5 minutos antes, y otros empleados también empezaron a llegar a trabajar entre 5 y 10 minutos antes.
"¿Cómo habría sido si hubiera dicho con fuerza ese día: 'Soy el dueño de la tienda, así que por favor ven a trabajar 5 minutos antes'?" Tuve un pensamiento.
Debe haber sido incómodo y difícil para todos.
Cuando cedí y respeté a la otra persona, la situación se resolvió muy fácilmente.
Me gustaría aprovechar esta oportunidad para escuchar más atentamente las opiniones de la otra parte.
Una vez más me di cuenta de que la campaña 'Día del Amor y la Paz de la Madre' trata de cambiarme a 'mí', no a los demás. ♡