Este día de culto fue realmente especial. Como parte de la campaña “Día del Amor de la Madre y la Paz”, los hermanos jóvenes y estudiantes tuvimos la bendición de preparar el almuerzo para todos los miembros de la iglesia. Por la gracia de Dios, la comida resultó realmente deliciosa, y fue una experiencia muy alegre trabajar juntos en unidad.
Después de preparar la comida, compartimos sandías con todos como una pequeña muestra de gratitud. Ver las sonrisas felices y escuchar las risas a nuestro alrededor nos recordó lo precioso que es servir con el amor de la Madre.
No se trataba solo de cocinar, sino de compartir amor, alegría y bendiciones en este día santo. Realmente damos gracias y gloria al Padre y a la Madre por permitirnos participar en un momento tan significativo y conmovedor.
¡Continuaremos sirviendo con alegría y amor, siempre dando gloria a la Madre!